La economía, la educación y la seguridad integral son interdependientes; de ahí que las políticas públicas de cada una, deben ser transversales, coordinadas, articuladas e integradas entre los sectores e instituciones que las constituyen, el fin es evitar la exclusión financiera y educativa.
Una educación de calidad e inclusiva garantiza en el mediano y largo plazo, paz positiva y oportunidades a los más vulnerables. Los indicadores de paz positiva son los mismos de un buen gobierno, lucha contra la corrupción, transparencia, gestión eficiente y un estado de derecho basado en la aplicación de la ley y bajo principios de legalidad.
Por otro lado, una economía saludable requiere que, en los distintos sectores que la componen, las relaciones y transacciones comerciales y operaciones financieras se realicen en un sistema económico financiero sano y confiable, y preventivamente controlado.
Las economías ilegales se estructuran de acuerdo al interés de los grupos de delincuencia organizada (GDO) en su necesidad de financiar su diversidad delictiva. Así, la rentabilidad obtenida en el narcotráfico sirve para inyectar recursos en otros procesos delictivos necesarios para su actividad principal.
Las sumas de dinero ilícito que los GDO obtienen no pueden ser lavadas en la economía informal; el tamaño del mercado de consumo del Ecuador no es tan grande como para que allí se diluyan o laven 4% o 5% del PIB (4 a 5 mil millones de dólares anuales), y en general las transacciones en operaciones financieras se laven hasta 6 mil millones de dólares anuales más y todos provenientes de mercados criminales.
La pregunta obligada es: ¿En qué lugar hay cabida para insertar tanta plata? Y la respuesta es: Si ese volumen de dinero se lo midiera en dinero físico, no habría lugar o lugares en los que estaría encaletado. ¿Dónde entonces? En el sistema financiero.
El sistema financiero tiene como función básica que las entidades realicen la actividad de intermediación entre usuarios. ¿Qué entidad controlan a las entidades financieras en el país? En general, a los bancos privados o entidades financieras de la banca pública, la Superintendencia de Bancos; y a las cooperativas, la Superintendencia de la Economía Popular y Solidaria.
Cada entidad -bancos y cooperativas- tiene agentes de cumplimiento, designados para vigilar operaciones inusuales en las cuentas bancarias. La pregunta obligada es: ¿Cómo es que una PPL, como Leandro Norero (+), cuya situación procesal penal de reclusión era de conocimiento obligatorio por parte de las entidades financieras, realizaba transferencias bancarias electrónicas de al menos 6 cifras medias hacia arriba, sin que el agente de cumplimiento no las haya reportado? Si es que las reportó, ¿cuántas no lo fueron? Además de encontrarse en poder de lingotes de oro ligado con minería ilegal.
No es hora para discutir si el Estado debe tener más presencia en la economía. Está visto que en un país en vías de desarrollo, con indicadores de pobreza extrema, la política económica debe trascender hacia la economía política de reconstrucción y recuperación en todos los sectores de la economía. Y eso no se puede lograr acomodando o maquillando las cifras macroeconómicas. No. El objetivo de las políticas públicas económicas debe ser necesariamente y sin postergación, el tejido social. A esta hora del día, hay que reconocer que en el Ecuador la falta de cohesión social, porque la gente ha perdido la confianza pública. Y eso es fatal.
La economía se sustenta en la confianza reinante en las transacciones económicas. Los bancos no dan crédito productivo sino que priorizan el de consumo. Por eso es que tienen rentabilidad asegurada. ¿Eso es malo? No. Pero no es síntoma de confiabilidad del sistema, porque si la economía no se revitaliza, y no hay oferta de créditos accesibles para producir o emprender, no habrá producción de riqueza; sin plata para invertir, no habrá PYME o empresa que resista (más allá de las corporaciones beneficiadas con condonaciones de intereses por obligaciones tributarias impagas).
Sin empresas no habrá empleo; sin trabajo no habrá dinero lícito (con la ambigüedad de que en las condiciones actuales de simulación o velos societarios, eso significa mayor degradación social); y sin dinero… no habrá consumo.
Si no se produce no habrá bienes; y sin lo uno no se crea lo otro. Los bienes escasearán, al punto de alcanzar precios descomunales por la inflación. Esa siniestra combinación de recesión más inflación es la fórmula de la peor de las catástrofes: La estanflación.
El discurso anti Estado es siniestro. Es el peor de los populismos. Es desacreditar una entelequia que en más de dos milenios de historia tiene un simbolismo de cohesión social inédito en toda la historia de la humanidad. Ahora estamos viviendo la falta del Estado, por ausencia o porque ha sido conquistado por las estructuras de los GDO (a la final, viene a dar lo mismo), ha llevado al Ecuador a tener como único sentimiento de unanimidad, el miedo.
El miedo contamina y destruye la autoestima individual; y en lo colectivo, destruye la cohesión social. Y una economía basada en el miedo, deja de ofrecer oportunidades de democratizar el mercado de bienes y servicios, en todo orden y de todo tipo. Una economía sumida en el miedo, genera desconfianza en los socios comerciales de un país. Lo hemos vivido en cada crisis que ha atravesado el Ecuador, la más cercana, por lo brutal y cruel, fue el feriado bancario de 1999, puede repetirse… o ser peor.
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| La mansión en la que vivía Leandro Norero, en la urbanización El Batán, en la Vía a Samborondón, incautada el 25 de mayo de 2022. |
Patricio Carrillo: es general, en retiro, de la Policía Nacional. Ha sido Comandante General de la Policía Nacional, durante el gobierno de Lenín Moreno, y ministro del Interior, durante el de Lasso. Posteriormente fue censurado por la Asamblea Nacional dominada por la alianza del correísmo, el Partido Social Cristiano y Pachakutik. En las últimas elecciones fue candidato a asambleísta nacional, por el partido Construye, obteniendo la segunda mejor votación a nivel nacional.
